Arrodillado, viste habito negro y capa pluvial; entre Cristo crucificado y la Virgen, que a derecha e izquierda se le aparecen, por lo que no sabe hacia que lado volverse. Un ángel con el báculo y otro con la mitra. En el suelo, tres libros. En el cielo, muchos ángeles. Representa la meditación de San Agustín: «en medio de los dos, no se donde volverme; dudo entre la sangre de Cristo y la leche de su madre».
Pintado seguramente para San Agustín de Sevilla, en 1663-64. Es tema y composición del que se conocen varias versiones con ligeras variantes. Se inspira directamente en una composición de Van Dyck. El cuadro del Prado presenta una adición antigua en la parte inferior y un evidente repinte con la adición de los ángeles y querubes que rodean a Cristo y a la Virgen.
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